—¡Es nuestra casa, Thiago, nuestra casa! Esa ciega se apoderó de nuestra propiedad familiar mientras mamá, papá y yo no estábamos. Ahora que he vuelto, me ha echado de casa y no me deja volver, solo porque tiene la familia York como espaldas.
—Casi todos los sirvientes de la casa han sido sustituidos por ella, y los que quedan son los que no le han perjudicado.
Dalia le quejó a Thiago: —No quería venir tan temprano, es que estoy cabreada porque la ciega no me coge las llamadas ni me responde a los mensajes.
—¿Todavía no se ha levantado?
Dalia entró con Thiago, no se atrevió a romper la puerta, caminó unos pasos y se detuvo para preguntar algo en voz baja.
Thiago respondió: —No, pero Callum sí, está en la cocina preparando el desayuno. Oye, Dalia, tienes que dejar de llamar ciega a Isabela todo el tiempo, es nuestra hermana.
—La tratas como a una hermana y sin embargo ella quiere apropiarse de nuestra propiedad familiar.
Dalia no se atrevió a entrar en la casa cuando se enteró de que Ca