Hubo un momento de consternación en el rostro de Polo.
Huntley sonrió abiertamente y dijo en voz baja:—En realidad ... ya deberías saberlo, ¿verdad? Tu esposa es tan lista que te lo habrá contado.
—Polo—le miró Huntley con seriedad—, la emoción termina hoy y no volveré a mencionarla.
—Cuando suceda al trono, yo seré el rey, tú serás el súbdito, y nosotros ... nos comportamos según las reglas!
Huntley sonrió e intentó estrecharle la mano, pero Polo dudó un momento y no lo hizo.
Su mano se levantó en el aire, un poco incómoda, pero de la forma que él esperaba.
—No pasa nada—Bajó la mano:—Digo todo lo que quería decir, y ya no me arrepiento de nada. Al verte vivir una vida feliz, me alegro mucho por ti. Aprecia a tu esposa, es una mujer excepcionalmente buena.
—Lo sé—dijo Polo en voz baja.
—En cuanto a tu hijo, su puesto en la zona austral también será muy honroso en el futuro.
—Su Alteza ...
—Los protegeré—La voz de Huntley era suave:—Protegeré a tu mujer y tu hijo lo mejor que pueda.
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