El guardaespaldas, viendo que la situación se complicaba, decidió no enfrentarse a Alonso y se retiró con los otros.
—Cira… —Valentina se levantó con dificultad y se acercó a su amiga, tomando su mano temblorosa. Al sentir el pulso de Cira, soltó un suspiro de alivio.
—Hermano, Cira… Cira… —Valentina rompió en llanto, incapaz de contener su miedo y desesperación.
Alonso vio la angustia en los ojos de Valentina y trató de consolarla.
—No te preocupes, ya he llamado a una ambulancia. Llegará en cualquier momento.
La familia Valenzuela tenía su propio hospital privado en Guadalajara. En cuestión de minutos, una ambulancia llegó silenciosamente y se llevó a Cira.
Mientras tanto, los guardaespaldas subieron a informar a Guillermo, pero él ya no estaba en la habitación. Tras finalizar la llamada con Greta, había dejado el club por una puerta trasera, buscando divertirse en otro lugar.
En el hospital, frente a la sala de emergencias, Valentina se había sentado en una silla, sus heridas apenas