—¿Qué problema?
Guillermo parecía indiferente, ni siquiera se molestó en mirar por la ventana.
Greta se enfureció.
—¿Una muerta no es un gran problema?
Guillermo rio fríamente a través del teléfono.
—¿Y qué? ¿No hemos manejado situaciones peores? Madre, recuerda ayudarte a manejar esto.
Guillermo colgó el teléfono antes de que Greta pudiera responder.
Greta se quedó allí, llena de frustración. Aunque siempre había solucionado los problemas de su hijo, la frecuencia de estos incidentes comenzaba a preocuparla. Nunca había contado a su esposo Nicanor sobre estos problemas, temiendo que eso le diera más poder al hijo ilegítimo.
Suspiró profundamente y decidió no contarle a Guillermo sobre ese hijo. Tomó su teléfono y envió un mensaje de texto:
[Me encargaré de esto, pero debes dejar de actuar así. Concéntrate en tu trabajo y demuestra que puedes ser el mejor apoyo para tu padre.]
Si Alba se casaba con Santiago y Guillermo se comportaba, seguiría siendo el único hijo de Nicanor.
En el club