95. La Marca
Nuria
Él entró en la habitación como un huracán silencioso.
Los rastros de sangre que no eran de él. Y esa expresión… cerrada. Seria. Salvaje. Pero con una sonrisa. Una sonrisa lenta, sombría y hambrienta que me golpeó directamente entre las piernas.
Mi loba enloqueció.
El lobo de él exhalaba poder. Olor a sangre, dominio y victoria. Y aun así… aun así él seguía siendo mío. Todavía era él.
"¿Conseguiste lo que querías?", pregunté, con la voz baja, intentando esconder cuánto vibraba mi cuerpo solo con verlo.
Él no respondió de inmediato. Solo cerró la puerta tras de sí y dejó caer la camisa, revelando su amplio pecho, marcado por músculos, sudor y rabia recién evaporada.
"Casi", respondió, acercándose despacio. "Todavía falta una cosa…"
Mis labios se entreabrieron. Mi cuerpo entero se estremeció.
Él se acercó lo suficiente para tocar mi piel. Pero no lo hizo. Solo apoyó sus labios en los míos. Un toque sutil. Una promesa.
"Pero antes… necesito una ducha. Quitarme esta suciedad de la pi