Jason

Estaba oscuro.

No una oscuridad común, sino un vacío denso, sofocante, como si estuviera atrapado bajo tierra, enterrado por capas de silencio y dolor. Todo parecía distante. Mi cuerpo, mi nombre, mi razón. El dolor era un eco sordo, e incluso este se estaba apagando. Pero entonces… algo comenzó a desaparecer dentro de mí.

Era como si un calor se estuviera desvaneciendo, como si una parte de mi alma estuviera siendo arrancada. Fue en ese momento que lo entendí: el vínculo. La conexión que me unía a ella. Estaba desapareciendo.

Kiara.

Su llama se estaba extinguiendo, y no era solo miedo. Lo sentía. En lo más profundo, donde el lobo y el hombre se confundían, lo sabía: si yo moría, ella moriría conmigo. Mi cuerpo estaba débil, la mente nublada, y mi corazón... ya no latía. Pero no importaba cuánto doliera, no podía dejarla. Nunca dejaría a mi Maldición sola.

Entonces llegó la frase. Esa que rompió la oscuridad:

"¡Kiara se está muriendo!".

Esas palabras encendieron algo dentro de m