347. Conversaciones necesarias
Jason
Su visión me golpeó tan pronto como entré en la mansión.
Pero no tuvo el efecto calmante de siempre.
Esta vez, mi lobo reaccionó con un impulso bruto. Quería tomar, marcar, proteger. Quería arrancar del camino a cualquiera que se interpusiera entre nosotros.
Y en ese instante, era ella quien estaba en peligro.
Esa amenaza no era simbólica. No era un juego. Taylor sabía de ella. Quería llegar a ella.
Y yo no podía permitir que eso sucediera.
Caminé con los puños cerrados, la mandíbula apretada, los ojos oscurecidos. Yo sabía. Sabía que estaba rebosando de energía depredadora. Que cada paso mío exhalaba lo que había hecho.
Pierre y Mike venían detrás, en silencio. Nadie hablaba. El salón estaba lleno de miradas, pero todo pareció callarse en el instante en que cruzamos la puerta.
Kiara se levantó de un salto. Sus ojos se encontraron con los míos como si me hubiera esperado durante horas.
Pero cuando ella intentó acercarse...
La mano firme del Supremo la detuvo.
"Quédate aquí, Kiar