Kiara

La llamada terminó, pero mi mente... esa no se apagaba de ninguna manera.

Él estaba mintiendo.

Podía sentirlo. Por la pausa, por la forma en que su voz vaciló, por el suspiro que vino antes de la respuesta.

"Es algo de mi linaje. Siempre ha sido así."

Mentira.

Puede que Jason no quisiera decírmelo aún, pero eso solo hacía que mi pecho se oprimiera más.

¿Por qué? ¿Por qué esconderlo? ¿Por qué tanto miedo?

La inquietud me corroía por dentro. Me acosté en la cama, me di la vuelta una y otra vez. Nada ayudaba. El olor de él se había ido de mi piel... pero él todavía estaba en mí. En mi corazón. En mi mente.

Suspiré y me levanté, caminando por la habitación como un animal enjaulado. Necesitaba entender.

"Mi olor no se esparce como el de los demás."

Esto tenía que significar algo. Algo que tal vez yo podría descubrir.

Caminé hasta el despacho, la molestia aún latiendo entre mis piernas, como un recordatorio insistente de la noche que habíamos vivido.

Los pies descalzos tocaban el suel