251. Mi amor
Rylan
Desperté con ella en mis brazos. La piel caliente, el cuerpo desnudo, solo una sábana blanca nos cubría como si el mundo de afuera se hubiera desvanecido.
Y tal vez así fue. Porque, en ese instante, nada más existía. Solo ella. Mi loba. Mi compañera.
Jenna respiraba despacio, el rostro pegado a mi pecho, los mechones esparcidos por la almohada.
Y yo... Yo no podía dejar de mirarla.
¿Cómo algo tan perfecto podía ser real? ¿Cómo podía haberse convertido en todo... mi hogar, mi norte, mi alivio?
Suspiré, con una sonrisa tonta en mi rostro. Mi lobo estaba en calma. Pleno. Vibrante.
Hacía tanto tiempo que no sentía esto... esta paz cálida recorriendo mis venas, este amor como una brisa constante.
Me moví despacio, queriendo no despertarla. Pero, por supuesto, ella se dio cuenta.
Aún con los ojos cerrados, con una sonrisita perezosa en los labios, murmuró: "Oye... ¿a dónde crees que vas?".
Me reí en voz baja.
"Al baño, señora Bastien. Juro que vuelvo".
Ella refunfuñó, jalando la sában