226. El aire cambió
Stefanos
El olor del bosque ya no era suficiente.
Ni el viento cortando el rostro.
Ni el silencio de los lobos en formación, esparcidos en puntos estratégicos a la espera de la orden final.
Yo estaba siguiendo el rastro de la Eclipse, con Rylan y Mark a mi lado, listo para cruzar la frontera y transformar ese territorio maldito en cenizas. Las garras me hormigueaban. El lobo aullaba por sangre. Pero algo... algo estaba mal.
El aire cambió.
No era solo el olor. Era una vibración. Un ruido ahogado de algo a punto de romperse.
"Hay algo mal", murmuré, los ojos recorriendo el bosque. "Los vientos cambiaron. Y no solo en el clima".
Rylan, que observaba los flancos con los brazos cruzados, levantó una ceja.
"Todo está mal, Stefanos. Estamos en una guerra", respondió con ese tono burlón que siempre usaba para aliviar la tensión. Pero, al notar mi expresión rígida, su sonrisa desapareció. "Pero no es de eso de lo que estás hablando, ¿verdad?".
Negué con un leve movimiento de cabeza. "No es el