173. El primer combate
Nuria El sonido de la puerta cerrándose resonó en el pasillo como una sentencia.
Me quedé allí, inmóvil, mirando el espacio vacío que él dejó atrás.
No lloré.
No esta vez.
El rechazo ardía dentro de mí como fuego frío. Stefanos no solo me dejó atrás... me apartó. Como si mi amor fuera un peso. Como si mi presencia fuera algo que él ya no pudiera cargar.
Pero lo entendí.
Lo entendía mejor de lo que él jamás se imaginaría.
El dolor de perder a la familia... de ver el mundo desmoronarse bajo los propios pies sin poder salvar nada... Ese dolor era un viejo conocido mío.
La diferencia es que Stefanos aún podía enterrar los pedazos. Yo nunca tuve esa oportunidad.
Cuando perdí a mi familia, sus cuerpos fueron dejados atrás, esparcidos como harapos de una historia olvidada. Sin cuidado. Sin ceremonia. Sin respeto.
Solo quedaron allí. Expuestos. Frágiles.
Yo sabía lo que era cargar ese dolor en el pecho. Sabía lo que era caminar sola entre los escombros de lo que un día se llamó hogar.
Stefa