Antonio miraba atentamente a su amada, buscando memorizar cada detalle, cada gesto, el movimiento de sus manos, su forma de dibujas, ver los gestos que hacía y hasta la forma en como su pecho subía y bajaba debido a su respiración; en esos momentos su amada le recordaba a una figura de porcelana, de esas que eran hermosas y frágiles.
- ¿Cómo vas amor? – pregunto ahora fijando su vista en el dibujo.
- Termine – menciono ella mostrándole el dibujo, el cual era idéntico al mural – ahora con esta copia creo que durara más años el mural – menciono feliz.
- Estas en lo correcto mi amor y sabes cada día me sorprender más.
- Si lo piensas detenidamente es algo normal porque nadie conoce por completo a una persona e igual nosotros solo nos vimos un día y al siguiente nos desposamos – menciono ella divertida empezando a guardar las pinturas y plumas.
- Creo que en ese sentido tienes razón amor – opino un poco triste el castaño.
- Si quieres podemos hacernos preguntas para ir conociendo más de n