El sonido de los disparos y las explosiones seguía rugiendo a su alrededor, pero en la mente de Alexander, solo existía la voz de su madre en el teléfono.
"El médico dice que Aurora está en peligro. Hay complicaciones con el embarazo."
El tiempo pareció congelarse. La ciudad ardía bajo el fuego enemigo, su equipo luchaba por contener la violencia, y ahora, su esposa y su hijo podían estar en riesgo de perderlo todo.
Natalia, que estaba a su lado, notó el cambio en su expresión.
—Alexander, ¿qué pasa?
Alexander tragó saliva, apretando el teléfono en su mano. Su cuerpo estaba en medio de una guerra, pero su corazón ya estaba en otro lugar.
—Aurora… el bebé… algo está mal.
Natalia lo miró con preocupación, pero sabía lo que venía.
—¿Qué vas a hacer?
Alexander miró el campo de batalla. Miró a los civiles atrapados. Miró a sus soldados heridos, a los que todavía luchaban por proteger la ciudad.
Si se iba ahora, si abandonaba el enfrentamiento, la misión podría fracasar. P