Dos figuras vestidas de negro rodeaban la casa, evaluando las entradas, buscando vulnerabilidades.
Halcón 2 habló por radio.
—Coronel, tenemos a dos hostiles en el perímetro, pero podrían ser más. ¿Ordenamos la intervención?
Alexander apretó la mandíbula.
—Sí, pero hagan que se acerquen más. No quiero que esto termine en un enfrentamiento en el bosque.
Aurora observó cada movimiento de Alexander, cada decisión que tomaba en cuestión de segundos, y sintió algo que nunca había experimentado antes. No solo era confianza, no solo era seguridad. Era algo más.
Era la certeza de que él no la dejaría sola.
El sonido de los agentes moviéndose afuera hizo que los intrusos retrocedieran por un momento. Uno de ellos levantó la mano, comunicándose con alguien a través de un auricular.
—Están coordinados —murmuró Alexander—. No están aquí solo para explorar.
Aurora sintió un escalofrío recorrer su espalda.
—¿Crees que Ricardo les dio instrucciones desde prisión?
Alexander no r