La mañana pasa sin problemas, entre el trabajo que comenzamos codo a codo con mi ami-jefa, y el nerviosismo que siento cada vez que pienso en la hora del almuerzo.
—¿Qué te sucede Ab? –me pregunta Ivi de la nada. Me acaba de pillar mirando la hora en mi móvil de nuevo.
—¿Eh? No sé de qué hablas. –cambió de tema, tomando las carpetas, las junto como si no me hubiera preguntado nada, a pesar de que sé, me vio más de 5 veces mirar la hora. Pero me lo deja estar con una sonrisilla de sabionda.
—Bueno, ya hemos terminado aquí, ¿qué te parece si almorzamos juntas? –me invita, y algo me dice que lo hace solo para comprobar algo. Pfff como si no me conociera, pero no pienso contarle nada.
—No puedo, ya quedé con alguien. Ahora... –miro la hora por sexta vez esta mañana, y ya con todo ordenado y listo, tomo mis cosas–me voy.
— ¡Ab! Que mala eres, no piensas decirm... –su móvil vibra, la observó mientras lo toma, frunce el ceño mientras abre los ojos desmesuradamente–lo siento ca