Apenas estacionaron, Alfa y delta se apresuraron a subir hasta la oficina de Caty, los minutos le parecían una eternidad a Raymundo, amaba con todo su corazón a su esposa y a su cachorro que le aterraba la idea de que les sucediera algo
Todo va a estar bien Raymundo, verás que pronto tendrán a su cachorro en sus brazos
Que la diosa luna lo escuche Alfa, yo sin ellos simplemente no vivo
El elevador se abrió, solo tuvieron que caminar unos cuantos pasos, lo que vió el delta lo dejó clavado en su sitio, su esposa estaba de pié doblada de dolor, bajó sus pies un gran charco de agua, la mate del lobo lloraba inconsolable
Caty... murmuró el delta
Raymundo mi amor... el rostro cubierto de llanto de la loba pelirroja lo miró como si estuviera viendo a su propio dios, su corazón pudo calmarse un poco solo con ver al lobo que amaba, ¡viniste!
El delta se acercó a ella para tomarla en sus fuertes brazos, por supuesto que vine, cariño, tu eres mi mundo entero, y ahora también nuestro hijo
Aaaaay.