Sombras del pasado
Ariana Prescott
El fin de semana se fue rápidamente y el lunes me alcanzo de manera ruidosa y estridente.
La mañana amaneció pesada, como si la noche hubiera depositado una roca sobre mi pecho. Preparé el desayuno de los niños casi en automático: jugo, cereal, tostadas. Luca y Eliana reían peleando por la misma cuchara azul, como siempre, ajenos a la tormenta que yo cargaba por dentro.
El mensaje seguía allí, ardiendo en mi teléfono como una amenaza silenciosa:
“¿Son míos?”
Dos palabras. Una pregunta capaz de derribar cinco años de lucha, de cicatrices, de reconstrucción.
Cuando dejé mi celular, guardado en el último cajón de mi mesa de noche el viernes, y el domingo me encontré con ese mensaje, junto con una foto de nosotros.
No podía quedármelo sola, necesitaba respuestas y quien solo era un hilo invisible en mi vida pasada era Lucas. Así que, después de dejar a