— Señor Langford, su hijo volvió a correr a la casa de esa humana. — ¡¿Qué?! ¡Tráiganlo de vuelta y a esa mujer aprovechada también! ***** Trinity Miller era una madre soltera con una bebita mitad lobo y humana que sacar adelante. Agobiada por las deudas y un pasado tormentoso de infidelidad y traición. Cada vez que hacía por sacar la cabeza, la perra del destino volvía a hundirla hasta el fondo, pero todo cambió al rescatar a un pequeño niño lobo, que había sido secuestrado del lado de su padre, un influyente y poderoso Alfa. Nathan Langford estaba exasperado, desde que Luca fue secuestrado y perdió su memoria, se había encaprichado en que esa salvaje y sexy pelirroja humana era su mamá. ¿Por qué de todas las mujeres en el mundo justo tenía que ser ella? La misma que lo había plantado y depreciado en el pasado. — No se haga más la digna, Señorita Miller, y dígame de una vez su maldito precio para dejar en paz a mi cachorro. — A su hijo lo adopto gratis, pero verle la cara de prepotente a usted todos los días, no se paga con ningún dinero, Señor Langford. ¿Qué elegirá Trinity? La seguridad de su antigua vida o dejarse arrastrar por un mundo peligroso, lleno de intrigas y traiciones, pero también de pasión y amor verdadero, que involucra a dos lobitos hermosos y a un gran lobo feroz.
Leer másNARRADORASalió del palco privado de espectadores, escuchando los alaridos de perra loca y los insultos de Ava en el interior hasta que se transformaron en sonidos sordos de golpes y exclamaciones de dolor. Al menos ella tuvo la consideración de buscar a dos mujeres y no hombres, para que le dieran un escarmiento. Una sonrisa escalofriante apareció en la boca de Trinity.Este, todavía no es el final. Demasiado sencillo para ella. Pero Ethan… Ethan tenía que morir hoy.*****Ethan perdió el conocimiento, casi al borde de la muerte. Blaze lo dejó vivir, no sabía ni cómo. Cuando abrió de nuevo los ojos en una rendija dolorosa de la inflamación, solo percibía una luz amarilla como de un foco sobre él. Tenía frío, temblaba, parecía que una brisa helada soplaba en su cuerpo… ¿desnudo?Sus sentidos comenzaban a despertarse de golpe. “Ethan… estamos amarrados, nos trajeron a una especie de almacén, no sé, y hay… hay algo pegado a tu cuerpo, siento pequeños animales rastreros dentro
NARRADORALos ojos de Ava contemplaban la pelea en el ring, donde su mate era golpeado salvajemente por ese bruto del Alfa. Nunca pensó que un hombre que se veía tan sofisticado como el Sr. Langford peleara como un lobo rabioso y sanguinario.Ethan ahora yacía en el suelo, el rostro deformado y Nathan sobre él, dejándose la piel de los nudillos, de tantos puñetazos que le propinaba en la cara. No feliz, se levantó y comenzó a patearlo en las costillas y por todos lados que le atinara. Ethan parecía un saco sanguinolento y moribundo en el suelo.—¡Dile que se detenga, va a morir! ¡ETHAN VA A MORIR, DESGRACIADA! — Ava se giró abalanzándose sobre esa humana hija de puta que veía la pelea tranquilamente.Tuvo hasta el descaro de sacar unos frutos secos, como si el entretenimiento de presenciar el asesinato de un hombre fuese tan placentero. Antes siquiera que las garras afiladas de la loba de Ava llegaran cerca de Trinity, las dos lobas guardianas la sujetaron por los brazos con fuerz
NARRADORA—Señor, es demasiado alta la suma. Primero debe llenar unos formularios para la declaración de impuestos y el encargado le preguntará para hacerle la transferencia a su cuenta o entregar el efectivo —le explicó.—Si no quieres el dinero, puedo cobrarlo a tu nombre y tomar parte para la manada que te ha acogido todos estos años a cambio de nada. Los parásitos intestinales hacen más que tú —el tío más vivo e inteligente enseguida le dijo con sarcasmo.Las murmuraciones de risas no se tardaron en escucharse alrededor del asiento donde tomaba con otros ejecutivos.—Gracias, Alfa, pero yo me puedo hacer cargo de mis propios asuntos —Ethan le dijo entre dientes, con el odio profundo que había acumulado todos estos años, y siguió al fin al empleado.Salieron del salón privado a través de un pasillo. En las otras salas se escuchaba la música y también la algarabía de otros clientes.Bajaron por unas escaleras algo estrechas a un piso inferior, parecía subterráneo. Las alarmas de E
NARRADORA—¿De verdad vas a mantener esta farsa hasta el final? —Ava le dijo en voz baja a Trinity.No le gustaba para nada ir con esta mujer a ningún sitio, pero su tío insistió e insistió, casi al punto de estarla vigilando.— No sé de qué farsa me hablas, ¿acaso no fuiste tú misma la que te ofreciste a llevarme de compras? - la pelirroja le respondió sin darle importancia. Caminaban hacia los coches, en el estacionamiento subterráneo de la empresa.—Iré en mi auto —Ava agregó rechinando los dientes y dispuesta a no seguirle el jueguito a esa idiota equivocada.No se montaría con Trinity, y eso no era negociable. Se sentía más segura en su coche y además podría escapar si pasaba cualquier cosa. La llevaría solo a sitios concurridos. Esas fueron las medidas que tomó Ava para protegerse. Trinity solo miró a su espalda con una sonrisa irónica, mientras la mujer se adelantaba en el parking subterráneo.—Vámonos —Trinity le pidió al chofer que manejaba su auto, caminando hasta la pa
NARRADORALeo estaba harto de este trabajo.No bastaba con ser el secretario de la prepotente de Ava, sino que, de nuevo, le había tocado ser la niñera del idiota de su marido.Tuvo que salir casi vestido en pijama cuando Ethan lo llamó, gritándole desde un bar para que lo fuese a recoger, como si fuese un Uber.—¡Maldit4 sea! —dio un fuerte golpe en el timón de su Kia con enojo.No se pagaba lo suficiente para esta explotación.Al menos ya iba de regreso a su departamento después de dejar a ese mantenido en su casa.Leo recordó las palabras de borracho de Ethan.Balbuceaba algo de que la hija de una tal Trinity era una “Lupina”; así se les llamaba a esas criaturas extrañas y violentas que todos temían, esa anomalía en los hombres lobos.¿Sería verdad o solo desvaríos de un borracho? ¿Trinity no era la Sra. Langford?Leo se detuvo en el semáforo, pensativo.Ideas locas y desesperadas se formaban en su mente.Si tuviese un dinero de fondo se iría de esa empresa sin mirar atrás; estaba
AVAHabía rechazado la propuesta de este hombre porque al investigarlo no me pareció tan fiable, a mi tío no le gustaría.Luego contactó el Sr. Langford, de una compañía más que consolidada.Ahora, ya el Sr. Sullivan no lucía para nada una mala opción.Mi tío quería que alguien le ingresara capital a la empresa a cambio de venderle una buena tajada.Quien fuera, no debería ser de importancia, ¿cierto?Vería la cara de esa perra cuando todo su plancito de tipa dura se le caiga.*****ETHAN—Señor, creo que ha bebido demasiado.—¡Y a ti qué te importa, tu trabajo es vender, ponme otra maldit4 bebida! ¿Quién eres, mi madre?! —le grité al idiota del bartender.El colmo sería que hasta un extraño me venga a querer mangonear.Lo odiaba, odiaba mi vida, ser el mantenido, siempre bajo la falda de Ava.Esa gorda que ni siquiera tuvo la decencia de mantener más o menos la figura.Me tomé todo el whisky de golpe, sentado en la barra de este bar nocturno.Por mi mente solo pasaban las imágenes de
AVAMe separé incluso el móvil del oído para ver el número desconocido. —¿Cómo dio con mi número privado? El de la empresa es otro. Si busca a mi tío… —No, para nada, te busco a ti, “bebé” —rechiné los dientes con odio, mis caninos creciendo peligrosamente con mi rabia.Aquí estaba sola, sin nadie para disimular. —¿Te estás divirtiendo mucho con este jueguito de poder, verdad? —le dije desafiante, olvidándome por un momento de todas las indicaciones de mi tío.—La verdad es que sí, pero te tengo que pedir clases de cómo ser más hija de puta, ya que tú tienes un máster. —¡Te crees la muy señorona por estársela chupando a ese Alfa y te has olvidado de que es solo hacer una llamada para decir que la prófuga que me agredió está de regreso! —le recordé los cargos en su contra que nunca había retirado.—Te reto a hacerlo —me respondió muy tranquila. Pensé que al menos estaría un poco nerviosa, no sé, ¡maldit4 sea!—. Ve a la primera comisaría y denúnciame. Veremos quién es la que sale
AVA—¡Deja de hacer una escenita, Ava, o yo también te podría reclamar por comerte con los ojos a ese Alfa! Ethan tuvo el descaro de hacerse el celoso mientras se ajustaba el cinturón de seguridad.—¡No es lo mismo! —grité, encolerizada. Nunca me imaginé que el pasado regresaría de esta manera. —¡Casi te casas con esa mujer, te acostabas con ella todos los días! ¿Qué? ¿De repente te arrepentiste de haberme escogido? Comencé a empujarlo con furia del brazo, sabiendo muy bien que no debía. El auto ya se había puesto en marcha, saliendo del estacionamiento subterráneo. —¡Estás loca, estoy manejando, demente! —¡Loca estaba el día en que acepté a un pobretón como tú! ¡Debí cortar el vínculo! ¡Por ti le hice todas esas cosas a esa mujer que ahora viene a vengarse de mí! —¡Espera, Ava… maldit4 sea… déjame! De repente, el auto comenzó a moverse inestable. Estaba como poseída, golpeándolo en el brazo, en la pierna, agarrando la solapa de su saco con toda la furia de no haber podido ac
NARRADORA Nathan la presentó, mintiendo con su apellido para apoyarla. —Señora Langford, es… es un placer contar con su presencia —el tío, como siempre, fue el primero en salir del asombro. A pesar de que no veía la función de esta mujer aquí, suponía que había venido a pasarse el viaje de shopping, pero eso era conversación de mujeres. “¡Ava, maldición! No te quedes congelada ahora y entretén a la mujer del Alfa”, pensó. —Yo… yo puedo recomendarle muchos spas y sitios de compras… —Ava dijo entre dientes, creyendo que le daría un ataque al corazón en cualquier momento. Sudaba profusamente y su loba estaba inquieta, dándole vueltas y más vueltas a su mente, aterrada por la presión del Alfa al lado de esa humana. ¡¿Qué hacía esta tipa aquí?! ¡Esto tenía que ser una jodida broma del destino! —Disculpa, ¿tú eres? —Trinity se quitó los lentes con aires de superioridad, mirando a esa mujer que casi le arrebata su vida y la de su hija. —Ella es la directora de la empresa… —Soy Ava S