EXTRA I. REGALO SORPRESA
WILLIAM
Estacioné el auto en la cochera, escuchando el zumbido de la puerta descendiendo.
Me bajé y tomé las bolsas de compras, todo para la bebé. July cada vez se ponía más y más nerviosa con el parto casi encima de nosotros.
Yo también estaba ansioso, lo confieso. Como padres primerizos, cualquier mínimo problema lo llevábamos a los extremos.
—Nena, ya estoy de regreso —la llamé, poniendo las bolsas sobre la encimera—. ¿July?
Al no escuchar su respuesta, me adentré en la casa.
Repentinamente, a través de nuestro vínculo, un dolor intenso me atravesó y el olor a sangre fresca inundó mi sensible olfato.
“¡Nuestra hembra tiene dolor, está en peligro!” mi lobo rugió en mi mente mientras me abalanzaba corriendo y siguiendo su rastro hasta el segundo piso.
—¡July! —entré en nuestra recámara, sus gemidos bajos se escuchaban desde el baño y hacia allí corrí.
—Wi…liam… mmm… me duele…
—Nena, calma, calma. Ay, Diosa… —sentía mi voz temblar al verla metida en la bañera, su rostro d