Lamentos se escuchan en una habitación con olor a podredumbre , mientras, un hombre se arrastra por el suelo húmedo buscando la salida.
Es sujetado por los pies y arrastrado nuevamente hacia el charco de sangre que había dejado atrás; su misma sangre.
Unas pequeñas risas se escuchan en la oscuridad acompañados de murmullos. De un momento a otro siente un fuerte golpe en el estómago, quisiera defenderse, cubrirse pero ya no da para más, sus ropas han sido desprendidas de su cuerpo, ha sido golpeado, cortado, quemado y violado de la peor manera.
—¿Te han mostrado hospitalidad mis amigos Salomón?—las risas vuelven a hacerse presentes. El hombre escupe sangre, sus ojos a penas y pueden abrirse, pero escucha y sabe perfectamente quién es el hombre que sujeta su cabello con fuerza.
—E-e-zequiel ….porque me han hecho esto—, con dificultad habla mientras vuelve a escupir sangre.
—No lo se, me dio gana de ver como se follaban a tu asqueroso trasero con una pistola—, respondió sarcásti