63| Guerra civil.
Analía se contempló en el espejo esa mañana. Habían pasado un par de semanas, casi un mes, desde que había estado con Salem por primera vez y ya quería ver si se le notaba un poco la barriga, pero era claro que no. Seguía siendo tan plana como de costumbre.
— Tardarán unos cuantos meses más en notarse, — le dijo Farid. Analía se bajó el vestido y se ajustó las botas. Quería salir a vigilar que todo estuviera bien, que los invernaderos conservaran el calor adentro para que la comida floreciera, y quería verificar personalmente cómo iba el minado del bosque.
— ¿Crees que será correcto contarles a la manada? Contarles que estoy embarazada, — preguntó Analía.
Farid se lo pensó por un segundo y luego negó con la cabeza.
— No, mi Luna. Creo que no es una buena idea. Algún día tendrán que darse cuenta de que usted no es la luna real de Salem. Y si esto sucede antes de que nazca su criatura... Bueno, no pensemos en eso ahora. —
Analía se puso un abrigo para cubrirse del frío y respiró profu