C299- SU UNICO PENSAMIENTO.

Las contracciones llegaban como olas violentas, sin darle respiro. Y Ashley gritó, inclinada sobre su vientre, con la cara pálida y bañada en sudor.

—¡Ah, diosa! —jadeó—. ¡Duele!

—¡Therion! —gritó Kendra—. ¡Rompe esas telas viejas! ¡Rápido!

El hombre corrió a obedecer, tropezando entre los escombros. Temblaba, su pecho subía y bajaba con fuerza, mirando el sufrimiento de Ashley.

—¿Por qué el príncipe no se pudo esperar un poco más? ¡¿Tiene que ser justo ahora?! ―exclamó nervioso.

Kendra giró el rostro hacia él, sin perder la compostura.

—Porque ellos llegan sin aviso, mi amor. Ahora ve, trae esas mantas de allá antes de que esto se vuelva un caos peor.

Therion gruñó por lo bajo y corrió.

Kendra extendió los trapos sobre el suelo, formando una cama improvisada y luego tomó la mano de Ashley.

—Ven, aquí. Apóyate en mí, eso es… despacio.

Ashley apenas podía moverse. Sus piernas temblaban, pero se dejó guiar. Y otro grito escapó de sus labios, esta vez más larg