C300- ¡LOBA DE FUEGO!
Ashley estaba hecha un ovillo sobre la piedra fría, temblando, rodeada de su propia sangre.
El bebé ya no lloraba. Solo ella.
Su cuerpo estaba roto, pero no era el dolor físico lo que la destruía.
Era el vacío.
Ese hueco negro que se abría en su pecho y la tragaba por dentro, que se llevaba su aliento, su alma y su voluntad.
La loba interior gritaba, aullaba con una tristeza que no tenía forma humana, porque el vínculo con Drakos… ya no estaba.
No era solo una conexión. No era amor, deseo o un juramento. Era la unión de dos almas y la suya había quedado sola.
Por eso Ashley, lloraba sin consuelo y aunque sabía que no respondería, seguía llamándolo, una y otra y otra vez.
"Drakos…"
Y como si el destino quisiera castigarla, el recuerdo de voz, grave y cálida volvió de nuevo.
"Estoy condenado a adorarte y amarte por la eternidad."
Un gemido ahogado salió de su boca, haciendo el dolor más insoportable.
Kendra la miraba, con los ojos rojos, mientras el bebé en sus bra