Capítulo 70

¿En qué momento el demonio de Tasmania se mudo a mi casa para declararme la guerra? Nunca había perdido el control tantas veces en un día. Simplemente un día me desperté y la pequeña Taz, se había apoderado de todo.

Ese día llegué a la casa y el florero de la entrada estaba movido. Igual que mi paciencia. Le recordé que no moviera las cosas de lugar, pero no.

Taz no entiende el concepto de orden ni aunque le pongas un manual frente a la cara.

Jamás me imaginé que el infierno tenía ojos grandes, verdes, aniquiladores y unas pequeñas piernas. ¿Cómo carajo algo tan pequeño podía causar tanto caos?

Luego la misma mierda.

Los cojines estaban fuera de lugar, los libros mal acomodados, las cortinas corridas un centímetro más a la izquierda. Un centímetro.

Y sí, lo noté. La vena de mi sien empezó a latir como si tuviera vida propia.

Mal-di-ta-se-a.

Cambió las botellas del bar. Cambió los lugares de mis etiquetas favoritas.

Cuando quise servirme un trago, terminé con bourbon en lugar de wh
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