C81- ¡QUIERO VOLVER!
Emma lo miró y su mundo se redujo al caos de sus ojos.
El ruido de su propia sangre era un rugido en sus oídos, porque él le estaba ofreciendo un refugio, pero también una prisión. Le estaba mostrando, en medio del desastre, que su bienestar le importaba y en lo más profundo de ella, esa parte que le respondió anoche, se estremeció.
De pronto afuera, en el pasillo, se oyó un choque sordo, seguido de un grito ahogado que se cortó de golpe, estaban aquí.
Su hermano estaba allí, pero antes de que pudiera al menos decir una palabra. El sonido del enfrentamiento, tan cerca, rompió el hechizo de tensión que la mantenía paralizada.
Sin que Santiago lo viera venir, Emma no corrió hacia el cuarto blindado, sino que movida por su desesperación se lanzó hacia la puerta principal, hacia el sonido de su hermano.
—¡Emma! —rugió Santiago, pero ya era tarde, aun así fue tras ella.
Ella corrió.
No para huir, sino para gritar, para poner su cuerpo en medio de las dos fue