C73-¿ESTÁ DESNUDA?
Santiago se sirvió un whisky y lo bebió de un trago, sintiendo el ardor en su garganta, pero no era suficiente para borrar la sensación de los labios de Emma bajo su pulgar.
—Carajo —gruñó, sirviéndose otro vaso.
Cerró los ojos y allí estaba ella de nuevo: el agua deslizándose por su piel a través del vidrio empañado, la forma desafiante en que lo había mirado, sin miedo, sin sumisión. Como si fuera ella quien tuviera el control y no al revés.
Eso lo cabreó, porque ninguna mujer lo había desafiado así antes, ninguna se había atrevido, se ajustó los pantalones, incómodo por la reacción de su cuerpo ante el recuerdo.
—Eres un jodido problema, gatita. Un problema —murmuró, bebiendo otro trago mientras se acomodaba la entrepierna.
El sonido de la puerta interrumpió sus pensamientos y vio a uno de sus hombres, Gerardo, quien entró sin esperar respuesta.
—Jefe, la Luisa está llamando. Dice que quiere regresar —informó.
Santiago se giró, alzando una ceja con interés.
—¿Pi