C51-MUCHO QUE EXPLICAR.
C51-MUCHO QUE EXPLICAR.
Margaret, sentada frente al tocador, sostenía el teléfono en la mano, esperando que la otra línea respondiera. En cuanto escuchó la voz al otro lado, su expresión cambió como si se pusiera una máscara: se volvió dulce, preocupada, casi maternal.
—Inés, querida… —dijo con suavidad—. Discúlpame por llamarte a esta hora, pero… necesitaba hablar contigo sobre Priscilla.
Del otro lado, la mujer se puso de pie, confundida.
—¿Priscilla? ¿Qué pasa con ella? Pensé que estaba contigo, que todo iba bien…
Margaret suspiró como si le pesara en el alma.
—Yo también pensé que era una buena mujer, créeme… pero me equivoqué.
Hubo un silencio tenso.
—¿Qué quieres decir? —preguntó Inés, inquieta—. ¿Qué hizo mi hija para decepcionarte?
Margaret cerró los ojos un segundo, y entonces dejó caer las palabras con voz suave, como si le doliera decirlas:
—Sedujó a un hombre sin futuro… un asiático cualquiera, dueño de un supermercado. —Su tono bajó y se volvió dramático—. Los encontré ju