C49 - ¡QUIERO IR A LA NIEVE!
En el departamento, la televisión seguía encendida, pero Lily no prestaba atención a los dibujos animados. Estaba en el suelo, abrazando a su muñeca preferida, con las rodillas recogidas contra el pecho. Desde allí, al otro lado de la puerta que no estaba del todo cerrada, venía el ruido. Un quejido ronco, gutural, que no le sonaba a la voz de su madre, luego un golpe sordo contra la pared, y una risa baja de hombre que a Lily le heló la sangre.
Ella apretó más fuerte las manos sobre sus orejas, pero no servía de nada. Los sonidos se colaban entre sus dedos pequeños, convirtiéndose en imágenes confusas y amenazantes en su cabeza.
Quería ir a la cocina, pero el camino pasaba por esa puerta, así que se agachó, haciendo su cuerpo tan pequeño como pudo, y empezó a gatear, pegada a la pared, conteniendo la respiración.
Solo tenía que pasar sin hacer ruido.
De pronto, la puerta se abrió de par en par, inundando el pasillo con una luz cruda que hizo entrecerrar l