C25-HECHICERA.
C25-HECHICERA.
La oficina estaba iluminada solo por las pantallas y sobre la mesa se amontonaban carpetas de proveedores, registros de inventario y cajas con discos duros de las cámaras. El reloj marcaba pasadas las diez, pero nadie parecía dispuesto a irse.
—Esto es un desastre —masculló Sara, pasando páginas con frustración—. Si no encontramos una irregularidad clara, estamos acabados.
Kenyi se estiró en la silla, con los pies sobre el escritorio, y lanzó una sonrisa provocadora.
—Relájate, prima. Para eso tienes a tu maridito millonario, ¿no? Él mueve un par de hilos y abracadabra, problema resuelto.
Mason, que estaba de pie revisando una pantalla, giró lentamente hacia él.
—Me sorprende que aún puedas hablar con tanta confianza después de que te estampé contra el piso esta mañana.
Kenyi chasqueó la lengua y sonrió más.
—Por favor, Leclair, si no fuera porque tu esposa me detuvo, ahora mismo seguirías probando qué tan cómodo es el suelo.
—Sí, claro —replicó Mason con frialdad—. Mej