Clara debía reconocer que era una mujer más inteligente que fuerte, al menos físicamente. Recodaba perfectamente los golpes que Emilia le había propinado en el pasado y no tenia deseos de que eso. No tenía a sus guardias consigo, así que no le quedo otra opción que retroceder de forma estratégica.
—Aunque eso no cambia la verdad —le recordó, sin deseos perder aquella discusión.
—Había creído que después de lo sucedido no tendría que volver a preocuparme por ti, pero tal parece que me he equivocado —admitió con molestia.
—Tal parece que lo que en realidad te preocupa es que haya regresado para recuperar a Alexander. Es por eso que estás aquí tan temprano en la mañana —entendió con cierta gracia por tal muestra de inseguridad de su parte.
—¿Planeas recuperarlo? —quiso asegurarse, haciendo oídos sordos a su burla.
—No sabía que fueras tan insegura —continúo mofándose.
—¿Lo quieres recuperar? —insistió.
—¿Y que si así fuera? —le cuestiono sin ceder ni un poco y es que creyó encontrar