Ambos durmieron durante prácticamente todo el día, pues sin duda lo necesitaban. No fue sino hasta que el sol desapareció, dando paso a la noche que despertaron.
Alexander comenzó a abrir los ojos muy despacio, dándose cuenta de que sus brazos aún se encontraban alrededor de Emilia. En esa ocasión, ella se encontraba de frente a él; podía ver su expresión relajada, pero la cual aún tenía esa sombra de dolor y tristeza. Había sufrido un gran golpe con la muerte de su padre, del cual le sería muy difícil recuperarse; pero estaba dispuesto a hacer lo que sea que necesitara para lograrlo.
De momento, parecía tan tranquila que prefirió solo quedarse ahí a su lado y sostenerla. Ella se le aferraba como alguna clase de tabla salva vidas, misma en la que era consciente se había convertido en esos momentos.
La observo cerca de 1