Llevaban casi una hora recostados en aquella amplia cama, cubiertos únicamente por una delgada sabana. No se habían movido ni un centímetro, ni emitido palabra alguna; temían que eso terminara con la calma que vivían en esos momentos. Sabían que había una importante conversación que debían tener, era inevitable; pero aun así deseaban evítala el mayor tiempo posible.
Fue de ese modo, hasta que de pronto Emilia comenzó a incorporarse en la cama sin voltear a verlo en ningún momento. Se levanto para dirigirse al baño completamente desnuda.
El primer instinto de Alexander había sido detenerla, pedirle que hablaran; pues lo necesitaban. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que no sería lo más adecuado; en especial en esos momentos. En su lugar decidió esperar pacientemente a su regreso.
Emilia entro al baño, evitando voltear a verse al espejo sobre el lavabo y es que no podía verse la cara en esos momentos. Sentía demasiada vergüenza por lo que acababa de