Capítulo 92
Bajando al estacionamiento subterráneo, intentó llamarla varias veces, pero Luciana no contestaba. Cuando llegó al hospital, la encontró ocupada organizando los suministros con el equipo médico, preparándose para salir. Pensaba quedarse hasta el final, pero ya no había razón.

El teléfono volvió a sonar en su bolsillo. Al ver el nombre de Alejandro en la pantalla, Luciana silenciosamente puso su celular en modo avión. Alejandro condujo hasta el hospital, pero las ambulancias del equipo médico ya estaban listas para partir.

—Está prohibido estacionar aquí. Por favor, use el estacionamiento central —le indicó un guardia.

Alejandro no tuvo más opción que dar la vuelta y estacionar en otro lugar. Corrió apresurado hacia el área de emergencias.

—Perdón, ¿sabe dónde está la doctora Luciana Herrera?

La enfermera de recepción, quien conocía bien a Luciana, respondió:

—Luciana ya se fue con el equipo médico.

—¿Se fue? ¿Hace cuánto?

—¡Mire! —dijo la enfermera, señalando con la mano—. Esa es su am
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