Capítulo 73
Le lanzó una mirada a su madre, indicándole que no hiciera más escándalo. Clara, aunque a regañadientes, contuvo su furia.

Antes de irse, Alejandro miró a Fernando.

—¿Y tú, quién eres?

Ambos se miraron fijamente, y el aire se llenó de una tensión palpable.

Fernando frunció el ceño levemente.

—Fernando Domínguez. Soy amigo de Luciana.

Alejandro lo observó por unos segundos, hasta que lo recordó.

Ya se habían visto antes. Aquella noche en Pomacollo, en la cocina del hotel, cuando Fernando preparaba sopa de tortellini a medianoche. Pensándolo bien, ¿esa sopa era para Luciana? ¿Tenían una relación tan cercana?

Alejandro vaciló un instante, aunque su expresión apenas cambió.

—Luciana está dormida. ¿Te gustaría entrar a verla?

—No, gracias. —Fernando negó con calma—. Si está dormida, esperaré aquí.

Eso era justo lo que Alejandro prefería.

—Como gustes.

Dicho esto, Alejandro se fue con Mónica.

***

En la terraza del ático.

—Así es como son las cosas: Luciana es mi esposa. —Alejandro le había c
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