Capítulo 1294
—De nada.

Alejandro le dio un vistazo y, ya en marcha, preguntó:

—¿Cómo sigues?

—Mejor —asintió Fernando—. Si desperté fue gracias a usted, señor Guzmán. Ya que lo veo hoy, gracias.

Si Alejandro no hubiera encontrado el canal para conseguir el medicamento, probablemente seguiría en coma. El agradecimiento era mínimo, pero necesario. No había ido a su casa a dar las gracias para no incomodarlo; eso no significaba que no supiera agradecer.

—No hace falta —Alejandro fue directo—. No lo hice por ti. No me debes nada.

Así era él. Y como Fernando tenía un carácter sereno, no hubo fricción.

***

En el lounge, las familias ya habían llegado; el ambiente estaba lleno de voces.

—Fer, llegaste —Luciana le sonrió y se tocó la frente, fastidiada consigo misma—. ¡Traía el celular en silencio! ¿Me llamaste?

—Todo bien —negó Fernando—. Hoy tienes misión.

Sí la había llamado; como ella no contestó, le preguntó a Alejandro cómo llegar.

—¡Fer! —Martina se alegró al verlo—. ¡Viniste!

Le había mandado invit
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