Capítulo 1169
—Luci, quédate aquí tantito, voy a atender a la gente.

—Va.

Era el cumpleaños de Antonia, así que no podía quedarse todo el rato pegada a Luciana.

—Al rato cortamos el pastel juntas, ¿eh? —Antonia le guiñó un ojo y se fue sonriendo.

—Obvio.

Luciana miró alrededor. Aún seguía con el eco del chisme que acababa de saber y, sin pensarlo, buscó con la mirada al otro implicado: Mario Rivera. No lo encontró.

En cambio, vio en la entrada a dos conocidos, uno adelante y la otra detrás: Alejandro primero, Juana siguiéndole el paso. Juana le decía algo; él, con esa cara guapa pero impasible, mostraba una pizca de fastidio que gritaba que la encontraba demasiado parlanchina.

—Oye —saltó Juana, cansada del silencio—. Te hablo, ¿sí? ¿Cómo que vienes solo? ¿Dónde está Luci?

Alejandro se detuvo en seco. Como si ya se le hubiera colmado la paciencia.

—No te pido que me sigas. Y no tengo por qué darte cuentas.

—…Oh.

Juana frunció la boca y murmuró bajito:

—Qué genio… ¿A Luci también la tratas así?

Segur
Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App
Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App