—¿Qué más quieres decir? —preguntó Enzo, hastiado.
—¡Enzo! ¡Te lo repetiré por última vez: vuelve ahora mismo! —el alarido casi rompió el auricular.
Pero él repitió lo de siempre:
—Voy a colgar…
—¡Enzo! ¡Cómo te atreves…! —la mujer chilló, fuera de sí—. ¡Ya verás! ¡No te arrepientas después! ¡Tú me obligas, todo esto es culpa tuya!
Enzo frunció el ceño; un escalofrío le recorrió la espalda.
Desde la sala llegaron las voces de Kevin y su madre.
—¡Mamá, prueba esto!
—Claro…
El corazón de Enzo se ablandó; sin dudar más, terminó la llamada.
***
Luciana fue con Alejandro y Alba a visitar a Miguel. Le contaron su plan de viaje.
—Excelente, excelente —aplaudió el abuelo, encantado.
—Me sabe mal, abuelo —Luciana bajó la voz—. Tú no estás del todo bien y nosotros salimos de paseo…
Había aceptado sin pensar en él y ahora se sentía culpable.
—¿Y eso qué? —Miguel movió la mano, restándole importancia—. Soy viejo; mi cuerpo falla todo el año. ¿Pretenden quedarse pegados a mí sin pisar mundo? Además