Capítulo 1055
—¿Qué haces…? —Alejandro frunció el entrecejo, con intención de incorporarla.

Arrodillarse ante su madre… ¿por qué?

—¿Hice algo mal? —preguntó Juana, desconcertada.

—Sí —respondió con seriedad—. No eres familia cercana; no hace falta que te arrodilles. Es demasiado.

—No pasa nada. —Juana sonrió con sencillez—. La cortesía nunca está de más. Ya que me arrodillé, levantarme sería descortés.

—Como quieras.

Alejandro negó con una mueca de resignación.

En realidad, nunca había pensado que extraños visitaran la tumba de su madre.

Pero, ya que la coincidencia la había traído, no pensaba echarla.

Con las manos juntas, Juana susurró: —Señora, perdón por la intromisión. Soy amiga de Alejandro; es la primera vez que la visito, disculpe la osadía.

Bajó la cabeza y volvió a disculparse.

—Perdón también por no traerle flores; la próxima vez le traeré el doble.

Miró a Alejandro. —¿Qué flores le gustaban?

—Cualquiera —respondió él con desgana—. Da lo mismo.

La interrupción de Juana le había borrado to
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