Hoy todo era un caos en la floristería, pronto sería San Valentín y todos estaban encargando arreglos florales. ¡Me encantaba San Valentín! era la mejor epoca del año, incluso mas que navidad.
— ¿Carito, puedes venir? Necesito tu ayuda para esto — me llamó papá, y fui rápidamente.El estaba junto a un enorme arreglo floral.— ¿Y esta monstruosidad para quién es? — pregunte.Era un enorme arreglo de flores azules, las más caras, pero perturbadoras.— Está en la libreta, ¿puedes ayudarme a sostenerlo? — me pregunto.asentí y ayudé a papá. El arreglo era muy exagerado, tanto por el tamaño como por el precio. Papá terminó el arreglo y lo dejó a un lado, su respiración estaba entrecortada por el esfuerzo. Deje el anorme arreglo a un lado. Miré la libreta y leí el mensaje y el nombre de la persona que lo recibiría.— Fabien Salvatore — dije en voz alta.Ese nombre de alguna manera se me hacia conocido.— Eres el infierno que quiero — decía el mensaje.Un escalofrio recorrio toda mi columna vertebral.— ¡Espeluznante! — comenté. Papá se rió y se encogió de hombros.— Pues tú serás la que llevará este arreglo — me dijo.miré el arreglo, era oscuro y bastante intrigante.— ¿Y Antonio? ¡Por qué no va él! ¡Siempre soy yo! ¿Qué tal que el tipo sea raro y me haga algo? — le pregunte.Mi papá puso los ojos en blanco.— Deja de leer tantas cosas. Ahora ve a buscar la camioneta, para que me ayudes a meter esto dentro — me ordeno.fui a buscarlo de mala gana. ¡Todo me tocaba a mí! ¿Para qué tenía más hermanos si siempre era yo la que hacía todo?— ¿Hoy no desayunaste? — me preguntó Antonio, acercándose a mí.— ¡Te haces el tonto! ¡Siempre soy la que le toca ir a llevar los arreglos! La vez pasada una señora casi me golpea — me queje.Antonio se rió, ¡cómo me caía mal!— Pensé que papá te había pagado más, ¿o era mentira? — me pregunto.Yo lo fulminé con la mirada.— ¡Carito, ven y ayúdame! — grito mi padre.Corrí y ayudé a papá a traer la monstruosidad.— ¡Abre la puerta de atrás! —Le grité a Antonio.El abrió la puerta trasera y me ayudó a meter el arreglo.— ¡Qué mal gusto! ¿Quién pidió eso tan feo? — pregunto.Yo me encogi de hombros. Papá me entregó la dirección y me despedí de ellos.El lugar estaba en un sitio alejado. Después de una hora manejando, por fin llegué. Bajé del coche, estiré las piernas y me dirigí a las rejas para llamar.— Traje un arreglo para el señor Fabien Salvatore — anuncié por el interlocutor. Las rejas se abrieron y metí el coche al jardín.Un tipo salió y me ayudó con el arreglo. Cuando entré en esa casa, literalmente quedé en shock. Era oscura, parecía el castillo de un vampiro.— ¡Qué es eso tan horrendo! — preguntó un tipo que salió de la nada. Era tan alto, sus ojos parecían oro líquido, su cabello negro peinado hacia atrás, el era intimidante.— ¿Podría firmar? — le entregué la planilla y él la firmó rápidamente. Leí su nombre en la planilla, arrugando la frente al tratar de adivinar lo que decía.— ¿Pasa algo? — pregunto.Yo negué con la cabeza.— Apuesto a que es doctor o algo parecido, su letra es muy extraña — le dije.Yo me tapé la boca con la planilla, él me miró con seriedad, sin mover ni un músculo.— ¡Lo siento! es que tengo la manía de decir exactamente lo que pienso, pero de verdad discúlpeme — le dije.él aún me miraba.— ¡Lo siento! ¡Su letra está bien! ¡No debería prestarme mucha atención, yo hablo mucho ¿Usted es el señor Salvatore, no? — pregunte.El asintió lentamente.— ¿sabe algo? creo que el ramo va justamente con esta casa, y con usted, la persona que lo envío le debe conocer a fondo — le comente con una sonrisa.El levantó una ceja lentamente y se cruzó de brazos, yo me callé, con cada palabra que salia de mi boca me hundia en el lodo poco a poco.— ¿Mejor me quedo en silencio, verdad? — le pregunté, pero no contestó nada.— ¡Disfrute del arreglo. — le dije mientras sonreía un poco. Dios, yo vivia metiendo la pata más y más.— ¿De dónde eres? — me preguntó, mirándome de arriba a abajo.— Soy Mexicana, mi papá llegó aquí cuando tenía 3 años, así que soy bastante italiana — le dije.El se rió.— ¿Se está burlando de mí? — le pregunte con molestia.El se acercó a mí y levantó mi barbilla, yo... conocía esos ojos dorados, ¿pero de dónde?— Muchas personas han perdido la lengua por hablar de más, y tu lengua es muy larga — me dijo.Yo me aparté de él y lo amenacé con la planilla.— ¡Si se acerca lo golpeare! — le dije, yo tenía 3 hermanos, sabía cómo defenderme.— ¿Viniste hasta aquí y no averiguaste qué clase de persona soy? ¿Sabes a caso cuanto cuestan tus órganos? — me pregunto.El me miró seriamente.— ¡Mis riñones no funcionan bien, y creo que tengo algo en el hígado! así que no le servirían de nada — le dije.El se acercó mas y yo levanté las manos para protegerme.— Tienes algo en el cabello — me dijo.Su mano aterrizo en mi cabeza, y después la aparto rápidamente.— ¡Largo! Tengo cosas que hacer — me ordeno.Ni siquiera me despedí, salí corriendo del lugar, iba a renunciar, ¡esto ya se estaba poniendo raro!Cuando llegué, entré de mala gana a la florería, mi padre me quedo mirando.— ¡Renuncio! — le dije a papá, poniendo la plantilla en el mostrador.— ¿Y ahora qué te pasó? — preguntó mi hermano, que estaba junto a el.— ¡El tipo me preguntó si sabía cuánto costaban mis órganos! ¡Que entregue otro! Yo ya no salgo más — les dije.Papa respiro profundamente.— ¿Qué le dijiste, Carolina? — me pregunto mi padre.Antonio empezó a reír, tomé la planilla del mostrador y le di un golpe con fuerza.— ¡Nada! ¿Por qué siempre creen las peores cosas de mí? — le pregunte.Mi papá se fue y volvió con un pequeño gato negro en las manos.— ¡Toma! Tu hermano lo encontró en el camino — me dijo.Yo sostuve al pequeño gato entre las manos, era tan bonito, podía tener como un mes de nacido, era precioso.— ¡Te llamaré Fabien! Te pareces al tipo raro, tus ojos son como los de él — le dije y lo acuné en mi pecho.— ¡Carolina! — me regañó papá.Yo empecé a reír.— Pero si es verdad, se parecen — le dije.Yo miré bien al gato.— Espero y no intentes sacarme los órganos — le dije y sonreí.Mi papá me miró y empezó a negar con la cabeza.