-No te sientas culpable por lo que pasó hace muchos años… -Dijo el anciano.
-Es que tienes razón. Solo escuche a mi madre y nunca te escuche a ti. Mi madre me hizo creer que habías sido el único malo de la historia, me olvidé de todo lo bueno que habías hecho por mí y fui imparcial al juzgarte.
-Solo te pido que por favor no la vayas a juzgar por lo que hizo… Yo la entiendo, y así como yo, ella también tenía miedo de perderte. Esa vez me toco perderte a mí, por eso quiero recuperarte.
-Yo soy quien tiene que recuperar todo este tiempo… ¡Perdóname!
-No tengo nada que perdonar. -Dijo el anciano, con su voz ronca.
-Quizás si te hubiese oído todo sería distinto…
-Lo que importa ahora es el presente. Aquí estoy para ti y para mi nieta. No me volveré a ir.
-No lo hagas más&hel