Mundo ficciónIniciar sesiónCassandra marcó número de su madre con dedos que no parecían pertenecerle. Cuatro tonos. Cinco. Entonces voz robótica:
"El número que ha marcado no está en servicio."
Colgó. Marcó de nuevo. Mismo resultado.
—No está en servicio —murmuró, mirando teléfono como si hubiera traicionado también—. Su número... desconectado.
Sebastián escribió: ¿Cuándo hablaste con ella última vez?
—Hace cinco días. Desde Suiza. Dijo que estaba recuperándose bien, que memorias regresaban lentamente.







