Especial Oliver
— Sabía que mamá se negaba a tener una pareja por mí. Le preocupa mucho cómo me siento, pero con Theo por primera vez sentí lo que era tener un papá —lo observé —. Incluso ahora lo llamo papá.
— ¿Y qué pasa con Nicolás?
Su tono se vuelve más serio. Ahora no sonreía, solo me observaba.
— A él no le importamos —hice una mueca —. Nos ve como algo que puede poseer. Es muy agresivo, siempre habla mal de mi mamá y pasa el tiempo saliendo con mujeres.
— ¿Agresivo? —pregunta, su tono de voz va cambiando.
— Sí, cuando le conté que Theo había pagado mi escuela para niños dotados, me mandó audios gritando e insultando a mi mamá —mis labios se apretaron, seguía sin gustarme —. Después, cuando vio que salíamos juntos, me prohibió verlo. Incluso me dijo que, si no le hacía caso, mi mamá no la pasaría bien —este era el resultado de eso —. Entonces lo bloqueé del celular.
— ¿Pasó algo después de eso?
— Mi mamá llegó golpeada a casa, y supe que fue por él —mis ojos se llenaron de lágri