Cap. 64
¿Si?— Preguntó en respuesta, situando una mano en la cintura. El largo silencio permitió entrever las mudas intenciones del pelinegro. Trabajar tantos años a su lado, le permitieron a la Meyer a conocer ciertas facetas el imperturbable Lemaire. Algo en su interior le decía que estaba a punto de pedirle un favor, pero poco habituado a solicitar la ayuda de otros, Edmond impondría su orgullo sobre la necesidad. Resignada, exhalo con fuerza. — Quieres pedirme algo ¿no es así?— El hombre desvió la mirada, asintiendo al cuestionamiento. — ¿De qué se trata?, espero que no estés metido en algún problema que involucre planear una boda o una petición de mano, sabes que no soy muy romántica. Soy abogada no organizadora de bodas.
—No es eso. — Respondió él. La idea de pedirle matrimonio a la peli-negra no se situaba muy lejana. Esperaba tener la oportunidad para hacerlo pronto, sin embargo, deseaba llevar las cosas tranquilamente, sin alterar el orden natural de las cosas.
¿Entonces…?— Entusia