— Leo, cariño, te ordené un americano con vainilla.
Anunció Karina.
El recién llegado le dirigió un asentimiento con la cabeza y de inmediato su atención volvió a mí.
— … Cómo sea, Renata me estaba contando que no se habían visto desde la graduación ¿Es cierto?
— Ya te lo había dicho, no tengo nada que ver con ella.
¿Cómo era posible que hablara de mí como si no estuviera ahí y al mismo tiempo no me quitara los ojos de encima?
— Correcto, aclarado esto ¿Puedo irme? Gracias por el café.
Me excusé.
Sentarme frente a él definitivamente no estaba en mis planes.
— Hey, tranquilos. Sólo necesitaba confirmarlo ¿De acuerdo? Hubiera sido más sencillo si de verdad estuvieran saliendo.
— ¿Qué hubiera sido más sencillo? ¿A qué te refieres?
Le pregunté.
— ¿Sabías que el nombre de Leo y de la banda está entre los términos más googleados desde que empezó el rumor? Las reproducciones en youtube y spotify se fueron al cielo gracias a la gente tratando de buscar pistas para adivinar qué canciones le había dedicado a su amor oculto.
— Bien por ustedes, supongo, pero…
— No sólo eso, si no que tu última novela, la que está involucrada en todo este escandalo ha recibido considerablemente más atención que tus trabajos anteriores y has conseguido un par de cientos de miles de seguidores en I*******m durante las últimas semanas ¿No es así?
— ¿Qué estás tratando de insinuar?
La interrumpí. Aunque por supuesto que lo sabía, ese era exactamente el punto de todo esto.
— Oh no cariño, no estoy insinuando nada, sólo estoy mencionando los hechos. Verás, en el mundo del espectáculo se dice que no hay publicidad mala, imagino que en tu industria debe ser lo mismo ¿O no?… Cómo sea, resulta que la publicidad gratis nos vendría muy bien en este momento y según mi pequeña investigación a ti también.
— ¿Qué demonios Karina? No estás sugiriendo que…
Intervino Leo por fin, mientras yo me limitaba a escucharla con la boca abierta de incredulidad.
— Yo sólo digo que si la vida nos dio limones deberíamos hacer limonada. Estamos próximos a lanzar un nuevo disco y a ti te vendría bien el impulso para empezar tu carrera.
Lo consideré por un momento.
Era cierto que mantener el asunto relevante convendría a mis intereses y que probablemente la publicidad me beneficiaría más a mí que a ellos, pero su propuesta tenía un pequeño gran inconveniente: Tendría que lidiar con mi ex bully.
— ¿Estás loca? Sólo haz que los de marketing hagan su trabajo, no hay necesidad de montar un teatro.
Y al parecer el sentimiento era mutuo.
— Yo estoy de acuerdo ¿No podría volverse peligroso echarle más leña al fuego?
— Nada que nuestro equipo de RP no pueda manejar, además no les estoy pidiendo que hagan nada complicado, sólo dejarse ver juntos un par de veces y tal vez hacer algunas publicaciones en f******k, y luego del lanzamiento del álbum los dos deciden convenientemente ir por caminos separados y se acabó.
— Suena bastante sencillo, pero…
— Dime una cosa, ¿Estás saliendo con alguien?
Me preguntó directamente.
— ¿Qué? No, no tengo novio.
— Entonces no tienes nada que perder y mucho que ganar.
— Karina, por favor. Ella no es una figura pública ¿Cómo esperas que haga el papel de mi novia?
— Eso no va a ser un problema, todo nuestro equipo va a estar apoyándola y por supuesto tú vas a estar ahí en todo momento cuidándola ¿O no?
— Oh no, no quisiera convertirme en un problema para nadie.
— Nada de eso cariño, estaríamos todos en el mismo barco buscando beneficio mutuo. Te digo que la publicidad gratuita justo en este momento es como si nos la hubiera enviado el mismísimo cielo y la reacción del público es algo que no podemos controlar ¡Pero están encantados! Un romance secreto es lo único que le faltaba a su imagen.
Karina parecía bastante entusiasmada con la idea, pero yo no estaba segura, por más que sacarle el mayor provecho posible a la situación que había creado parecía la opción más lógica.
— Escúchame, no importa lo que Karina diga para intentar convencerte, la realidad es que la opinión pública es una hija de puta que no le tiene lealtad o compasión a nadie, créeme es un maldito monstruo con el que no quieres lidiar.
Leo finalmente se dirigió a mí directamente y era evidente que no quería tener que tratar conmigo.
¿Qué m****a era todo eso sobre el precio de la fama? Era cierto que él mucho más famoso que yo, pero mi trabajo también implicaba exponerme al público y mi piel se había vuelto más gruesa con el tiempo, así que su condescendencia no era necesaria.
Aceptar la propuesta de su manager sólo para fastidiarlo empezaba a sonar tentador, pero dejar que la mentira alcanzara otro nivel era algo que debía analizar con cuidado y considerar todos los factores.
— Yo… entiendo porque cooperar podría beneficiarnos, pero no sé si me sentiría cómoda mintiéndole a mis lectores…
— Oh no cariño, no vas a mentirles, de hecho no vas a decirles nada y si ellos aceptan una historia sin cuestionarla sólo porque mueren de ganas de creer que algo así puede pasar en la vida real no sería cosa tuya, ¿verdad?.
Vaya que Karina era elocuente a un nivel que me ponía nerviosa.
— Aún así… esto es demasiado repentino, necesito tiempo para considerarlo…
— Entiendo cariño, por supuesto. Tomate tu tiempo para decidir, no hay presión, siempre podemos pedirle a cualquiera de las castañas petite que han hecho casting con nosotros que posen con él en un par de fotos y estoy segura de que ninguna de ellas va a tener inconveniente cuando les diga quién va a ser su compañero.
No hay presión, ¿verdad? pero iba a suceder conmigo o sin mí. Eso era lo que quería decir en realidad.
Por supuesto que cualquier chica que no lo conociera se iba a dejar llevar por esos ojos azules y las facciones que parecían cinceladas por Miguel Ángel y daría de saltos ante la oportunidad de jugar el papel de su novia.
— Gracias por entender mi postura. Les avisaré mi decisión final tan pronto como sea posible. De nuevo, gracias por el café y mucha suerte con el lanzamiento.
Me despedí de ellos con una sonrisa cortés que Leo no se molestó en corresponder ni siquiera para mantener las apariencias.
Cuando dejé el restaurante esa tarde estaba prácticamente convencida de que no quería involucrarme en lo que fuera que esa mujer calculadora estuviera tramando, pero las circunstancias dieron un giro inesperado esa misma tarde.