Artículo

Estaba en el diminuto comedor de mi departamento tomando café para soportar la siguiente sesión de trabajo, cuando mi celular empezó a volverse loco. 

No era el momento de distraerme con notificaciones que ni siquiera eran relevantes, pero el maldito aparato no dejaba de sonar, así que me vi obligada a revisarlo para ver qué estaba pasando. 

“Una fuente cercana al cantante confirma que ha mantenido en secreto una  relación con su primer amor, a quién conoció en la preparatoria”

Era el titular del ultimo artículo publicado en la página de una de las revistas de espectáculos más importantes del país y, aunque no se molestaban en mencionar quién era era supuesta “fuente cercana” o cuál era exactamente su relación con Leo, todo el mundo asumió que si ellos lo decían, entonces era verdad y estaban perdiendo la cabeza.

No podría decir a ciencia cierta si había sido cosa de su manager o simplemente algún reportero creyó que esa sería la manera fácil de superar a la competencia, pero Karina definitivamente tenía razón en que a la gente le encantaba cuando una historia se amor secreta salía a la luz. 

Según el articulo el rockstar llevaba un par de años saliendo con una chica que fue con él a la preparatoria y había hecho hasta lo imposible por mantener su relación fuera de los medios en un intento por protegerla. 

Genial, habían añadido detalles que no se habían mencionado en otro lado, tan específicos que hacían la historia más creíble y además lo habían pintado como el héroe que intentaba salvar a su damisela en peligro de este mundo cruel. 

Empezaba a creer que Karina le había pagado a un profesional para que lo escribiera y luego se lo había pasado por debajo de la mesa a un reportero de la revista más influyente que pudo encontrar, pero independiente de quien hubiera sido la mente maestra, el que hubieran decidido usar un acercamiento de mi rostro en la foto de generación para ilustrar la historia me hacía sentir incomoda en una forma que me costaba describir. 

Desde luego que sería muy hipócrita de mi parte quejarme por haberme convertido en el personaje principal de una historia de ficción cuando yo había echado a rodar la bola de nieve, pero no podía evitar sentir escalofríos.

Acababa de volver a la mesa para terminarme mi taza de café, ya tibio, cuando sonó mi timbre, seguido de golpes en la puerta.

No tenía idea de quién demonios podía ser, considerando que no esperaba a nadie y no solía recibir visitas, pero de cualquier forma abrí la puerta antes de que mis vecinos empezaran a quejarse por el escandalo. 

Leo ni siquiera me dio tiempo de preguntarle que quería, antes de que me tomara del brazo con fuerza y me arrastrara al elevador. 

Se negó a soltarme o explicarme qué demonios estaba pasando hasta que me aventó al asiento trasero de un Audi negro, o de un color obscuro que se veía negro bajo el escaso alumbrado publico de mi colonia. 

Abrí la boca para gritarle el tropel de insultos que me venían a la mente, pero la cerré de nuevo cuando reconocí el rostro que me veía con los ojos abiertos como platos desde el asiento del copiloto. 

— ¿Sofía? ¿Qué estás…?

— Hola, cuanto tiempo…

Respondió, tratando de recomponer su expresión. 

— ¿Podrías decirle cuándo fue la ultima vez que nos vimos después de la graduación? 

Demandó Leo, interrumpiéndola.

— Eh… a medio día con tu manager…

— Antes de eso.

— ¿De qué hablas? Antes de hoy no nos habíamos visto desde que le di una bofetada a tu amigo el día de la graduación. 

— Eso era todo, muchas gracias. 

Dijo mientras levantaba los seguros de la puerta. 

En lugar de largarme, como él claramente quería que hiciera, mi mirada pasaba de uno al otro tratando de encontrarle sentido a lo que estaba pasando, hasta que el ver el sonrojo en la cara de la que fue mi amiga, evidente a pesar de la pobre iluminación, algo hizo click. 

— ¡Eres tú! ¿Ustedes dos están…?

La expresión en la cara de Leo me advirtió que no me atreviera a decirlo en voz alta, pero no pude evitar echarme a reír ante lo irónico de la situación. 

— ¡Por eso insistías tanto en que rechazara la oferta de tu manager! Entonces, si no podías admitir que no estabas de acuerdo porque tenías novia, significa que ella no lo sabe y supongo que la gente de tu productora tampoco. Descuida, no es asunto mío, así que no pienso echarlos de cabeza, además iba a decirle que no podía jugar a ser tu amor secreto de todas formas, así que no hay nada de que preocuparte.

Suspiró exasperado. 

— Las cosas son diferentes ahora, vamos a tener que seguirles la corriente con esta maldita farsa. 

— ¿Exactamente qué fue lo que cambió en unas horas?

— El artículo, genio. No puedo arriesgarme a que sigan escarbando y el nombre de Sofía salga a la luz, es más seguro dejarlos seguir creyendo que eres tú y luego del lanzamiento simplemente fingimos una ruptura y cada uno vuelve en paz a su vida. 

De alguna forma era culpa mía que su relación estuviera en peligro de ser expuesta, pero aún así dejar que me tirara a los lobos como carnada para mantener a su amor a salvo no me parecía lo más inteligente. 

— ¿Y yo que gano por hacer de escudo para tu adorable novia?

— Deja de hacerte la lista, que todo esto es por tu maldita historieta.

— Oye, no tenía idea de que algo así fuera a suceder ¿De acuerdo? Y tampoco sabía que ustedes llevaban años viéndose a escondidas ¿Cómo pasó? Apenas se hablaban cuando estábamos en la escuela.

— Ese no es asunto tuyo. Limitate a jugar tu papel y sacarle todo el dinero que puedas a esta farsa. 

Debí haberlo mandado al diablo en ese preciso momento, pero saber que Sofía estaba involucrada me daba nuevos motivos para colaborar con él,  pese a todos los riesgos que implicaba. 

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