Narrado por María.
Abrí los ojos impactada por un ruido constante mientras mamá entraba en la habitación y se quejaba al respecto.
- ¿Acaso no escuchas el teléfono? – se quejó – Contesta de una vez, me está volviendo loca. – Lo agarré de la mesita de noche, estaba más que preparada para volver a colgarle a Darío sin tan siquiera contestar cuando vi el nombre de otra persona. Lo descolgué con rapidez y una sonrisa tonta se dibujó en mi rostro, haciendo que mi madre se calmase en exceso.
- Hola – contesté entusiasmada de volver a escuchar su voz.
- ¿Te he despertado? – quiso saber. Lucía preocupado y tan ansioso como siempre.
- Un poco – dije con sinceridad. Eso le hizo reír al otro lado - ¿qué tal has dormido? – mam&