Darío.
Las cosas se me estaban saliendo de las manos.
¿Cómo pude ser tan irresponsable cómo para decirle que no iba a esperarla?
Quizás tan sólo quería ver su reacción cuando dijese algo así. Aunque… lo cierto es que la conocía lo suficiente como para saber que eso iba a tener justo el efecto que yo quería obtener. Ella iba a hacer lo contrario a lo que yo le pedía. No iba a elegir a ese capullo, iba a estar tan molesta con mi actitud que no podría dejar de pensar en mí.
¡Joder!
¿Por qué cojones volvía a las andadas?
¿Por qué tenía que hacerle daño para hacerme notar ante ella?
Tenía que detenerme de una vez, pero … ¿por qué no podía?
Tampoco quería pensar en lo que sucedi&