(Narrado por Darío)
Nuestra despedida fue épica. En la puerta de mi casa entre promesas, lágrimas y besos, abrazándonos mucho, confesándonos nuestros sentimientos antes de que se marchase en el taxi.
Iba a atesorar ese momento toda la vida, a pesar de que las cosas fuesen mal. Una despedida como esa era lo que me había faltado cuando la dejé ir aquella vez.
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- Necesito un favor – dije hacia Diego, que me miró sin comprender – te haré un ingreso de todos los activos que tengo ahora, el efectivo, el dinero del banco e incluso te dejaré mi casa – me mir