El sonido de las garras de Teodoro en la puerta, me informaron una sola cosa: necesita hacer sus necesidades. Suspire y me puse de pie para ir a abrirle descubriendo que Sergei no se encuentra vigilando como esperaba.
—Espera, Teo —pero era tarde, ni me escucho y solo corrió por el pasillo, lo empece a seguir y supongo que este utilizando sus sentidos me guia hasta las escaleras de caracol.
Lo sigo hacia la parte trasera de la mansión en donde me ocupo de abrirle la puerta corrediza de cristal para que pueda salir. Él no se alejó demasiado. Se movía entre los arbustos y el césped como si estuviera inspeccionando su pequeño reino, mientras yo me acomodaba en el suelo junto a la puerta, observándolo.
Mi gato se toma su tiempo para explorar el área, y yo para pensar en la situación en la que me he involucrado. Aceptar este trato con Viktor me lleva a un mundo que no es mi estilo «De igual modo no tenías otra opción» me digo a mi misma. Si no aceptaba él me obligaría o quizás me haría alg