~Dominic~
El dolor de mi herida ya no se comparaba con lo que estaba viendo en ella. Estaba sufriendo demasiado, y lo peor de todo es que yo no podía sentirlo.
Me mantengo a su lado acariciando sus brazos, apartando el cabello mojado de su cuello, que ya no es por agua, sino por sudor.
Sus labios están pálidos, su piel erizada y enrojecida, y los dedos de sus pies se encorvan tratando de reprimir algo que su cuerpo apenas puede soportar.
—Shhh, está bien, sigo aquí— le dije para que supiera que necesitaba levantarme, pero no me iría, no ahora.
Llegué de nuevo al baño, tomando las vendas que ella había preparado para mí. Las envolví alrededor de mi torso hasta cubrir la herida.
Un toque en la puerta me anunció la llegada de mi beta. La abrí ligeramente, sin querer que él la viera desnuda y mucho menos en ese estado.
—¿Necesitas algo más?— pregunta, pasándome la camisa, a lo que niego, cerrándole la puerta en la cara. No estoy de humor para formalidades y menos cuando se trata de